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NICOLAS MAQUIAVELO (1469-1527), Escritor y Político Florentino, en 1498 fue nombrado secretario de la República de Florencia, época en que Italia se encontraba dividida y era ambicionada por Francia, España y Suiza. Sirvió como Embajador al Francés Luis XII, al Emperador Maximiliano y a Cesar Borgia (Líder de una de las más famosas familias Italianas de la época, incluyendo Papas en ella). En 1520 recibió el encargo de escribir la Historia de Florencia, dedicó sus obras a Julio de Medicis (Miembro de otra notable familia de la época). A su vez el Príncipe lo dedica al "muy magnifico Lorenzo de Medicis". Esta pequeña obra es la más importante para el Derecho Político.
Entre sus creaciones destacan también "Discursos sobre la primera década de Tito Livio", asimismo la comedia teatral "La Mandrágora", en que se representa a Florencia y su ambiente en las Guerras Intestinas que asolaban Italia, los estudiosos del teatro la consideran de gran valor literario.
El sueño del Florentino Maquiavelo era ver a su patria Italia unida, no cumplió su deseo ya que murió en 1527, en las afueras de Florencia.
La unidad Italiana se logró mucho después, hacia 1870 con GARIBALDI, Mazzini, Cavour y otros patriotas unidos en el movimiento unificador "La Joven Italia".
RESUMEN "EL PRINCIPE" (Maquiavelo)
CAP. I:¿CUANTAS CLASES DE PRINCIPADOS HAY, Y DE QUE MODO SE ADQUIEREN?
Los principados o son nuevos, o son hereditarios. Los Estados nuevos están acostumbrados a vivir bajo un Príncipe, o a ser libres; o el Príncipe adquirió por armas propias, o la fortuna se los proporcionó, u otros Estados le ayudaron a poseer el principado adquirido.
CAP.II: PRINCIPES HEREDITARIOS
Los Estados hereditarios tienen menos dificultad para conservarlos. El Príncipe es más amado por su pueblo y por sus gobernados. Este sólo tiene que dirigir al Estado tal como lo hicieron sus antepasados. Si perdiera el poder de su Estado, lo recuperará por muy poderoso y hábil que sea el usurpador.
CAP. III: PRINCIPADOS MIXTOS
Miembro nuevo añadido a uno antiguo. Los miembros del Estado añadido esperan gustosos que sus nuevos gobernantes sean mejores a los anteriores. Por muy poderoso que sea un Príncipe, siempre necesitará del favor de una parte, al menos, de sus nuevos súbditos. Para que un Príncipe pueda recupera un Estado por segunda vez, éste se debe unir a otro ocupados por mucho tiempo y hablar la misma lengua. En el primer caso, es muy fácil conservarlo, cuando no ha sido antes una República, y se deberá extinguir la descendencia del Príncipe gobernante, si las costumbres de los pueblos sometidos son similares. Para mantener el gobierno sobre estos pueblos, el Príncipe no debe alterar las leyes ni aumentar los impuestos. Con esto, los nuevos Estados formarán un solo cuerpo con los antiguos.
Para que un Príncipe adquiera un País con diferente idioma y cultura, deberá irse a vivir a ese país.
Primeramente, y una vez allí, los súbditos del Príncipe gobernante se sentirán alegres de contar con un Príncipe que este cerca de ellos y tendrán más ocasión de amarle. Mientras que al propio Príncipe lo verán distante y extraño. Y cualquier extranjero que quiera atacar a este Estado tendrá más dificultad y mandará a establecer colonias claves para la seguridad.
Los hombres se vengan de las ofensas cuando son ligeres y no cuando son graves.
CAP. IV:¿POR QUÉ OCUPADO EL REINO DE DARIO POR ALEJANDRO NO SE REBELO CONTRA LOS SUCESORES DE ESTE DESPUES DE SU MUERTE?
Los Estados que se gobiernan con ministros esclavos, el Príncipe tiene más autoridad porque no hay quien se reconozca como superior a él.
Los Estados en que el Príncipe es asistido en su gobierno con súbditos bien admitidos, el Príncipe tiene más autoridad porque en su provincia no hay nadie que reconozca autoridad más que la suya, exceptuando la autoridad que él designa en sus autoridades subordinadas.
CAP. V: ¿CÓMO DEBEN GOBERNARSE LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE, ANTES DEL NUEVO PRINCIPE, SE GOBERNABAN CON SUS PROPIAS LEYES?
Se deben arruinar, irse a vivir a ellos, o dejar a estos pueblos sus leyes, obligándolos a pagar contribución anual, creando un tribunal pequeño que cuide de conservarlos fieles. El Príncipe deberá conservar la autoridad que ha dado a este consejo.
Cuando las ciudades están habituadas a vivir bajo un Príncipe, a obedecer y careciendo de su antiguo señor, no concuerdan los ciudadanos para elegir a otro, no sabiendo vivir libres, se pueden conquistar con más facilidad.
En las Repúblicas, hay más odio contra el conquistador que se hace Príncipe y más deseo de venganza contra él, es mejor disolver estas ciudades o vivir en ellas.
CAP. VI: SOBERANIAS NUEVAS QUE UNO ADQUIERE CON SUS PROPIAS ARMAS Y VALOR.
No hay cosa más difícil que manejar, ni cuyo acierto sea más dudoso, que el obrar como Jefe para introducir nuevos estatutos. Tiene enemigos a cuantos sacaron provecho de los antiguos, mientras los que pudieran sacar el suyo de los nuevos, lo defienden con tibieza.
CAP. VII: PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON FUERZAS AJENAS Y FORTUNA.
Los que fueron elevados al Principado por sola fortuna, llegan sin mucho trabajo, pero tiene un sumo para conservarlo. Y cuando lo logran tiene todo tipo de obstáculos. Estos Príncipes no pudieron adquirir su Estado más que comprándolo o haciéndolo dar por favor.
Los Estados que se forman repentinamente son como todas aquellas producciones de la naturaleza que nacen con prontitud, no tienen raíces.
CAP. VIII : LOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO POR MEDIO DE MALDAD.
Los actos de severidad mal usados son aquellos que no siendo más que en corto número al principio, van siempre aumentándose y se multiplican día en día, en vez de disminuirse y de mirar su fin. Es menester que el que toma un Estado preste atención a los actos de rigor que le es preciso hacer, a ejercerlos todos una solo vez e inmediatamente, a fin de no estar obligado a volver a ellos, y poder no renovándolos, tranquilizar a sus gobernados, a los que ganará después fácilmente, haciéndoles bien.
CAP.IX: DEL PRINCIPADO CIVIL.
Es cuando con la ayuda de sus conciudadanos, llega a reinar en su patria. El que consigue la soberanía con el auxilio de los grandes se mantiene con más dificultad que el que la consigue con el pueblo.
Un ciudadano hecho Príncipe por favor del pueblo debe conservar su afecto. El que llegó a serlo con la ayuda de los magnates y contra el voto popular debe tratar de conciliarse.
CAP. X: ¿CÓMO DEBE MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS?
Los Príncipes se sostiene a sí mismo, cuando tienen suficientes hombres y dinero para formar un buen ejercito, para dar batalla a cualquiera. Un Príncipe que tiene una ciudad fuerte y no se hace aborrecer en ella, no puede ser atacado; y si lo fuere, se volvería con aprobio el que le atacara.
CAP.XI: DE LOS PRINCIPADOS ECLESIASTICOS.
Unicamente éstos Príncipes tienen Estado sin estar obligados a defenderlos, y súbditos sin experimentar la molestia de los gobiernos. Estos Estados son los únicos que prosperan y están seguros.
CAP. XII: ¿CUÁNTAS ESPECIES DE TROPAS HAY? Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS.
Las armas con que un Príncipe defiende su Estado son las suyas propias, o mercenarias, o auxiliares o armas mixtas. Las mercenarias y auxiliares son útiles y peligrosas. Si apoya su Estado con tropas mercenarias, no tiene seguridad ninguna porque carece de unión; Por ser indisciplinadas e infieles. La causa de esto es porque no tienen más amor que su sueldo. Los capitanes mercenarios son hombres excelentes o no lo son.
CAP.XIII: DE LOS SOLDADOS AUXILIARES MIXTOS Y PROPIOS.
Un Príncipe sabio evitó siempre valerse de unas y otras, y recurrió a sus propias armas, prefiriendo perder con ellas a vencer con las ajenas. Ningún principado puede estar seguro cuando no tiene armas que le pertenezcan en propiedad. Depende de el enteramente de la suerte, porque carece del valor que sería necesario para defenderle en la adversidad.
Las propias son las que se componen de los soldados ciudadanos a hechura del Príncipe. Todas las demás son mercenarias o auxiliares.
CAP.XIV: DE LAS OBLIGACIONES DEL PRINCPE Y LO CONCERNIENTE AL ARTE DE LA GUERRA.
Un Príncipe no debe tener otro objeto que la guerra, el orden y disciplina de los ejércitos, porque es el único que se espera ver ejercido por el que manda. Además de esto, debe ir con frecuencia a la caza. Este es un estudio que debe poner la mayor atención. El Príncipe, para ejercitar su espíritu debe leer historias y estudiar la vida de esos varones insignes.
CAP. XV: DE LAS COSAS POR LAS QUE LOS HOMBRES, Y ESPECIALMENTE LOS PRINCIPES, SON ALABADOS O CENSURADOS.
Que son liberales, miserables, cruel, compasivo, ateo creyente, afeminado y pusilánime, soberbio, lascivo, casto, franco, artificioso, duro, dulce y flexible, grave, ligero.
CAP. XVI: DE LA LIBERALIDAD Y LA MISERIA.
No pudiendo un Príncipe ejercer la liberalidad de un modo notorio, debe inquietarse por no ser considerado avaro, ya que con el tiempo dirían que es un liberal. Un Príncipe debe cuidarse de ser menospreciable y aborrecido.
CAP. XVII: DE LA SEVERIDAD Y CLEMENCIA, Y SI VALE MAS SER AMADO QUE TEMIDO.
Todo Príncipe debe desear ser temido por clemente y no por cruel, sin embargo, el Príncipe debe temer hacer el mal uso de la clemencia. Un Príncipe no debe temer la infamia ajena a la crueldad cuando se le requiere, para tener unido a sus gobernados.
CAP. XVIII: ¿DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN GUARDAR LA FE DADA?
Un Príncipe debe saber obrar competentemente, según la naturaleza de los animales más astutos. El halcón y la zorra. Debe tener sumo cuidado en ser circunspecto, para que cuantas palabras salga de su boca sean virtuosas.
CAP. XIX: EL PRINCIPE DEBE EVITAR SER DESPRECIADO Y ABORRECIDO.
Es menospreciado cuando es variable, ligero y afeminado. Un Príncipe tiene dos cosas que temer: 1º En el interior de su Estado, una rebelión de sus súbditos. 2º El ataque de potencia vecina. Si el Príncipe mantiene contento a su pueblo será amado y apreciado.
CAP. XX: SI LA FORTALEZA Y OTRAS MUCHAS COSAS QUE LOS PRINCIPES HACEN CON FRECUENCIA, SON UTILES O PERNICIOSAS.
Cuando el Príncipe toma un nuevo Estado, es necesario que le desarme, dejando armado solamente a quienes confesaron ser partidarios suyos, en momento de la adquisición. Las fortalezas son útiles o inútiles según los tiempos, y si benefician ahora, perjudicaran después. La mejor fortaleza que un Príncipe puede tener, es no ser aborrecido por su pueblo.
CAP. XXI: COMO DEBE CONDUCIRSE UN PRINCIPE PARA ADQUIRIR ALGUNA CONSIDERACION.
Ninguna cosa le granjea más estimación a un Príncipe que las grandes empresas y las acciones. Un Príncipe se da a estimar también, cuando se declara amigo o enemigo inmediatamente de los demás Príncipes. Debe manifestarse amigo generoso de los talentos y honrar a todos aquellos gobernados suyos que sobresalgan en cualquier arte.
CAP. XXII: DE LOS SECRETARIOS DE LOS PRINCIPES.
Un Príncipe para conservar un buen ministro (secretario), debe honrarlo, enriquecerlo y entregarle la dignidad y cargos que el se merece.
CAP. XXIII: ¿CUÁNDO DEBE HUIRSE DE LOS DEUDORES?
Debe negarse a oír el consejo que no sea de su ministro, y debe manifestarse tenaz en su determinación.
CAP. XXIV: ¿PORQUE MUCHOS PRINCIPES DE ITALIA PERDIERON SUS ESTADOS?
Algunos tuvieron armas débiles y otros fueron enemigos de su propio pueblo.
CAP.XXV ¿CUÁNTO DOMINIO TIENE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS, Y DE QUE MODO PODEMOS RESISTIRLE CUANDO ES CONTRARIA?
No ostenta su dominio más que cuando encuentre un alma y virtud preparadas. Si la fortuna varia y los Príncipes permanecen obstinados en su modo natural de obrar, serán felices mientras la fortuna continúe.
CAP. XXVI: EXHORTACION A LIBRAR LA ITALIA DE LOS BARBAROS.
Aunque en los tiempos corridos hasta este día se haya echado de ver en este o aquel creer destinado por Dios para la rendición de la Italia, se vio, sin embargo, después que le reprobaba en sus sublimes acciones la fortuna, de modo que permaneciendo sin vida la Italia aguarda todavía a un salvador que la cure de sus heridas.
Fuente del documento: https://derectum.files.wordpress.com/2008/04/el-principe-maquiavello1.doc
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Autor del texto: MARCELO ELISSALDE MARTEL ABOGADO
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