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Los tres verbos tratados pertenecen al mismo grupo de los verbos de movimiento. Presentamos aquí un breve esquema de la clasificación de los verbos españoles según la Gramática descriptiva de la lengua española , con un mayor énfasis en el grupo que nos interesa. Incluimos también varios ejemplos para hacernos una mejor idea sobre el sistema de los verbos españoles.
Clasificación de los verbos españoles:
IR(SE)
Este verbo pertenece a la base de la lengua española. Es un verbo antiguo de origen latino. Ha pasado por varios cambios morfológicos, aunque semánticamente no ha variado mucho.
La definición de su significado básico varía ligeramente, pero su concepto principal es ‘moverse de un lugar a otro’. Aparte de su propio significado, tiene mucho uso como el verbo auxiliar, como veremos en el capítulo sobre las perífrasis verbales. Su uso en fraseología es más que abundante. En el último capítulo veremos las frases de uso actual. Consultando cualquier diccionario más extenso, podemos ver que existe una infinita lista de significados y expresiones que utilizan este verbo. No obstante, hay ciertos fenómenos a los que hay que prestar más atención y que suelen provocar errores o incertidumbre.
Primero se debe evitar, para el imperativo singular, el uso de la forma vulgar ves y, para el imperativo plural, el uso del infinitivo iros y el de la forma arcaica íos:
La forma vamos es hoy la primera persona del plural del presente de indicativo (p.ej.: El jueves tu padre y yo vamos al cine). Pero en el español medieval y clásico era, alternando con vayamos, la forma de primera persona del plural del presente de subjuntivo. Como resto de su antiguo valor de subjuntivo, la forma vamos se emplea, con mucha más frecuencia que vayamos, con finalidad exhortativa:
La forma de subjuntivo vayamos, con este sentido, ha quedado limitada a la lengua literaria. Lo que no debe hacerse en ningún caso es emplear hoy la forma vamos, en lugar de vayamos, en un contexto que exige subjuntivo y sin que exista en el enunciado la intención exhortativa.
En la lengua culta debe evitarse el empleo de vaya que seguido de un verbo en subjuntivo, en lugar de no vaya a ser que:
Las fórmulas vaya que o vaya (que) si + verbo en indicativo son todas válidas. Se emplean para afirmar con más énfasis lo expresado por el verbo que sigue:
El uso correcto de las preposiciones constituye problemas sobre todo, pero no exclusivamente, para los extranjeros. A continuación ponemos unos ejemplos y comentarios de los casos más problemáticos según el Diccionario panhispánico de dudas. Posibles usos de las preposiciones hemos consultado en el Diccionario de la lengua española y Diccionario de usos y dudas del español actual .
Principalmente, al tratarse de un verbo de movimiento, es habitual que vaya acompañado de un complemento de lugar. Cuando el complemento expresa destino, debe ir precedido de a, hacia, para o hasta:
Es propio del habla popular, y debe evitarse en la lengua culta, encabezar este complemento con en o de. Esto ocurre, normalmente, cuando se quiere decir a casa de:
A por: “El uso de esta secuencia preposicional pospuesta a verbos de movimiento como ir, venir, salir etc., con el sentido de ‘en busca de’, se percibe como anómalo en el español de América, donde se usa únicamente por. En España alternan ambos usos, aunque en la norma culta se suele preferir el empleo de por.
Sin embargo, no hay razones para censurar el uso de a por, pues en la lengua existen otras agrupaciones preposicionales, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc., con el uso común. La secuencia a por se explica por el cruce de las estructuras ir A un lugar (complemento de dirección) e ir POR algo o alguien (‘en busca de’), ya que en esta última está también presente la idea de ‘movimiento hacia’.”
Con: Tener o llevar algo.
Contra: Con significado de perseguir:
En sentido de sentir y pensar al contrario:
De: Con el complemento circunstancial forma frases de uso muy común.
En: Moverse en un medio de transporte.
Importar, interesar.
Depender de algo, estar condicionado por ello.
Para: Sentir inclinación hacia una profesión.
Por: Moverse o desplazarse por un cierto camino o territorio.
Seguir una carrera.
Ir a traer algo.
Avanzar en la realización de una acción, por un lugar, tiempo o situación determinados.
Sobre: Seguir un negocio sin perderlo de vista.
Seguir de cerca a alguien, ir en su alcance para apresarlo o hacerle daño.
Tras: Andar tras alguien o algo.
VENIR(SE)
El Diccionario panhispánico de dudas dice que este verbo tiene significado de “moverse hacia el lugar en el que está el que habla e ir(se) a algún lugar en compañía del que habla”. La definición parece simple y bastante clara. Sin embargo, como veremos en el capítulo siguiente, su uso, junto con el uso de ir y llegar, supone una cantidad de problemas, sobre todo para extranjeros. Los españoles no suelen cometer errores en su empleo. El diccionario pone esta explicación al respecto: “No debe emplearse venir con el significado de ir, error que cometen algunos hablantes y que hay que atribuir al influjo de otras lenguas, como el catalán o el italiano, en las que el que habla emplea verbo venir cuando desea expresar la acción de ir hacia su interlocutor: ‘Quédate en tu casa, que yo, en cuanto pueda, vengo a recogerte.’”
La explicación advierte que hay lenguas en las que los verbos de movimiento tienen un uso diferente. La cuestión de si el fenómeno anterior es solamente atribuible al influjo del italiano o el catalán, la estudiaremos en el capítulo sobre otras lenguas europeas. Lo que sí sabemos con seguridad es que la lengua checa tiene su sistema verbal distinto, lo que inspiró la idea original de escribir este trabajo.
“Se considera otro italianismo la construcción venir + participio, en lugar de estar + participio, aunque se usa a menudo en la prosa administrativa:”
Lo que hemos dicho sobre las preposiciones en el verbo ir(se) es válido igualmente para el verbo venir, o sea, que básicamente se une con a, hacia, hasta, para. Otras posibilidades, según el diccionario de la RAE son las siguientes:
A: Dicho de una cosa que se esperaba o se temía: Suceder finalmente.
Estar pronto a hacer algo, o hacerlo.
Para mostrar equivalencia aproximada.
Ante: Comparecer.
Con: Aducir, traer a colación algo.
En: Dicho de una autoridad, y especialmente suprema: Resolver, acordar.
Ir + en + sustantivo. Toma la significación del verbo correspondiente a dicho sustantivo.
Sobre: Caer.
LLEGAR
Este verbo no presenta ningunas dificultades especiales, puesto que ni siquiera encontramos su entrada en el Diccionario panhispánico de dudas. Igual que el verbo anterior, por su pertenencia a los verbos de movimiento, suele ir acompañado de un complemento de lugar mediante las preposiciones a o hasta. En este caso no es posible usar para. Como veremos más adelante, en este verbo lo importante es que destaca la finalidad de la acción, por lo cual a menudo se une con los complementos de tiempo (p. ej. llegar a tiempo, a las tres, tarde, etc.) o de modo (llegar bien, agotado, preocupado, etc.).
Este verbo parece tener más rico su pasado que la actualidad. Proviene de la palabra latina plĭcare, respectivamente applĭcare, de las que se han desarrollado unos cuantos verbos adquiriendo durante el tiempo diferentes significados: llegar, plegar, pregar, allegar, aplicar). Aunque también pertenece al vocabulario básico español, su uso no es especialmente extenso ni diverso. La RAE no nos ofrece prácticamente más posibilidades de unión con preposiciones, menos las arriba mencionadas. Su fraseología es también bastante limitada.
El estudio del uso de estos tres verbos se basa en el artículo de Eduardo Fernández Couceiro que se publicó en el Boletín de la Asociación de profesores de español , cuya investigación intentaré sistematizar, profundizar y ampliar. En realidad, es la única y valiosa fuente de informaciones sobre este tema. El autor fue profesor de Filología Hispánica en la Universidad Carolina de Praga, y puesto que trabajaba con alumnos checos, pronto se enteró del problema que constituye para ellos el uso correcto de los verbos de movimiento ir, venir y llegar.
Según él, el problema tiene su raíz en la interferencia de la lengua materna checa en el uso del español. Esto no sería ninguna observación novedosa, ya que la mayoría de los errores que se producen a la hora de aprender idiomas extranjeros surgen por el mismo motivo. El problema consiste básicamente en la ausencia total de materiales escritos sobre este tema. Y también, como veremos en el capítulo siguiente, si ya existen explicaciones al respecto, son muy breves, y a veces también erróneas. Sin embargo, hay que decir que son precisamente los profesores checos o profesores españoles que enseñan en la República Checa los que deberían dar el impulso para la investigación, porque los españoles desconocen esta necesidad si no entran en contacto con la lengua checa.
A continuación intentaremos analizar el problema y crear algunas reglas que puedan ayudar a usar correctamente estos verbos de movimiento.
Primero hay que ver dónde está exactamente la fuente de errores. Básicamente consiste en el hecho de que los sistemas de los dos idiomas son diferentes y cada uno se construye en torno a otro conjunto de semas.
El sistema español muestra otro criterio en la elección del uso entre los verbos de movimiento. El funcionamiento de los verbos ir y venir se apoya sobre la noción extratextual del hablante y su posición. El verbo llegar tiene sus rasgos específicos. Las respectivas oposiciones de semas son las siguientes:
Las definiciones de los verbos son, por lo tanto, estas:
Ir: El verbo señala el proceso de movimiento que se produce desde el hablante hacia otro lugar cualquiera, y conlleva la indicación de la dirección.
Venir: El verbo indica el proceso de movimiento desde cualquier lugar hacia el hablante, y conlleva la indicación de la dirección.
Llegar: Posee dos rasgos fundamentales que lo separan de ir y venir: a) no indica dirección; b) no señala el proceso de movimiento, sino su final.
El autor del artículo representa la relación entre estos tres verbos mediante el siguiente esquema gráfico:
LLEGAR |
|
IR |
VENIR |
Para completar los conocimientos que hay que tener presente para saber usar correctamente los verbos ir y venir, el autor menciona los dos siguientes puntos que hay que tener en cuenta:
A continuación vamos a demostrar el funcionamiento de los verbos en cuestión en situaciones reales, a base de comparación con la lengua checa. Para una mejor orientación, vamos a dividirlas en cuatro grupos.
A. Situaciones para mostrar la diferencia entre ir y venir.
Situación nº 1: Marta y Petra se encuentran en la calle.
M: ¿De dónde vienes?
El movimiento de Petra se dirige desde un lugar no determinado hacia el hablante, Marta.
P: Vengo del trabajo.
El movimiento de Petra se dirige desde el trabajo hacia el lugar que el hablante ocupa en el momento del acto de habla. En español nunca es posible usar la construcción ir + de en el sentido básico de movimiento: voy del trabajo, va del gimnasio (no se refiere a las construcciones ir de vacaciones, ir de compras, etc.,que son otro tipo de construcciones que ya hemos explicado en el capítulo primero; tampoco se refiere al caso de ir + de + a: va del trabajo al gimnasio)
M: ¿Y a dónde vas ahora?
El movimiento de Petra irá desde el hablante Marta hacia un lugar no determinado.
P: Voy al gimnasio. ¿No quieres venir conmigo?
En la primera oración se trata otra vez del movimiento dirigido desde el hablante Petra hacia el gimnasio. En la segunda frase hay dos posibilidades, por lo que este enunciado debería pertenecer al grupo de situaciones B (que veremos más adelante). Más natural es usar el verbo venir, porque, en su pensamiento, Petra se sitúa de camino hacia el gimnasio, con lo cual el movimiento de Marta sería en dirección hacia Petra. En el caso de usar el verbo ir, éste tendría más bien el matiz de acompañar, ir juntos.
M: Desgraciadamente no puedo ir contigo. Tengo mucho trabajo en casa.
El hipotético movimiento iría desde el hablante Marta en dirección hacia Petra, que a su vez se movería hacia el gimnasio.
Situación nº 2: Una llamada telefónica entre Marta y Petra.
P: ¿No quieres venir a mi casa? Podríamos cenar juntas.
Marta se movería hacia el hablante Petra.
M: Lo siento, pero no puedo ir. Estoy cansada.
El movimiento se dirige desde el hablante Marta hacia Petra.
P: Entonces iré yo a tu casa y cenamos allí.
El movimiento va del hablante Petra hacia el oyente Marta.
Situación nº 3: Lenka y Petra se encuentran en Praga. Lenka vive en Brno, mientras que Petra vive en Praga.
L: ¿Cuándo vienes a Brno? Quiero enseñarte mi piso.
En este caso, en la pregunta de Lenka hay que usar venir, aunque el hablante no se encuentra ahora mismo en Brno. Se sitúa allí psicológicamente. El verbo venir se usa en estas situaciones, porque se supone que cuando viene la otra persona, el hablante ya estará en ese lugar, o sea que el movimiento se producirá hacia el hablante. Al contrario, si usamos el verbo ir (cuándo vas a Brno), se supone que el hablante no estará en ese sitio.
P: Puedo ir sólo en Navidades.
En la respuesta se tiene que usar el verbo ir, porque el movimiento se produce desde el hablante hacia otro lugar.
Situación nº 4: Lenka y su marido están en la cafetería.
L: Přijdeš na oběd?
P: Dnes určitě nepřijdu, mám moc práce.
L: ¿Vienes a comer?
Supongamos que es la situación más natural, cuando Lenka pregunta a su marido si viene a comer a casa, y, a la vez se supone que Lenka estará en ese momento en casa. En la pregunta usamos el verbo venir, porque Lenka se sitúa psicológicamente en su casa, por lo que el movimiento se produce hacia el hablante.
P: Seguro que hoy no voy a ir, tengo mucho trabajo.
En la respuesta se usa ir, porque el movimiento se dirige desde el hablante hacia otro lugar. Venir, en la respuesta, sólo se podría usar en el caso de que el sitio donde se encuentran los dos hablantes fuera el lugar donde van a comer.
Situación nº 5: Conversación entre Marta y Petra.
M: Pavel fue a casa de Martin para ayudarle con los deberes de matemáticas.
En este caso, el hablante es una tercera persona fuera del contexto de la acción, por lo que se emplea la forma no marcada ir.
En estos pocos ejemplos podemos ver muy claramente que de ninguna manera es posible dirigirse por las equivalencias ir = jít, jet, chodit, jezdit y venir = přijít, přijet, přicházet, přijíždět. Como dice el autor, siempre hay que tener en cuenta “los aspectos pragmáticos de la comunicación”, que es lo único en lo que nos podemos apoyar.
B. Situaciones en las que se pueden usar los dos verbos ir y venir.
Situación nº 6: Marta telefonea a Petra.
P: Hoy voy al cine. ¿Quieres ir/venir conmigo?
El uso del verbo ir sería, digamos, la variante neutra. El movimiento de Marta iría desde ella hacia el cine, así que ninguno de los dos puntos es el de hablante, por lo que se usaría el término no marcado ir. En otro caso, Marta se puede situar psicológicamente en el cine, con lo que el movimiento de Petra sería en su dirección, y por eso se podría usar también el verbo venir.
M: ¡Claro que quiero ir!
Situación nº 7: Lenka y Marta hablan sobre la reunión de compañeros de carrera.
L: ¿Vas a ir/venir a la reunión de compañeros de carrera?
Si Lenka usa el verbo ir, significa que ella no va a ir a la reunión o todavía no está segura. Si usa venir, está claro que va a ir.
Situación nº 8: Marta telefonea a Petra.
M: Jdu dnes na Lenčinu oslavu narozenin. Nechceš přijít taky?
P: Nemůžu přijít, jsem nemocná.
M: Hoy voy a la fiesta de cumpleaños de Lenka. ¿No quieres venir/ir también?
En la primera frase es obligatorio el verbo ir, porque el movimiento del hablante (Marta) se dirige hacia otro lugar. En la pregunta sería mucho más adecuado usar el verbo venir, porque de la primera frase sabemos que Marta va a estar en la fiesta, entonces el movimiento se produciría hacia el hablante. No obstante, en el caso de que Marta no se sitúe, en su pensamiento, en el lugar de la fiesta, se podría usar también el verbo ir.
P: Lo siento, no puedo ir, estoy enferma.
Aquí es evidente el uso obligatorio del verbo ir, porque el hablante se dirige hacia otro lugar.
Situación nº 9: Petra y Marta se encuentran por la tarde en el gimnasio, en la clase de aerobic.
P: Hace mucho que no te veo por aquí.
M: Es que sólo vengo/voy a las clases de yoga, hoy es una excepción.
El uso de venir es aquí mucho más natural y lógico, porque el hablante se refiere al sitio donde se encuentra en el momenta del habla. Sin embargo, Marta se podría situar psicológicamente en su casa, y así enfatizar más bien el recorrido que efectúa, y no el hecho de la estancia en el gimnasio. En este caso se usaría ir, porque el movimiento se dirigiría desde el lugar del hablante hacia otro sitio, el gimnasio.
La segunda explicación corresponde mucho más al pensamiento de un hablante checo, al que le parece que con el verbo ir expresa mejor la palabra chodit. No obstante, debemos preferir la naturalidad de la lengua en la que hablamos.
P: Ah, así que solo vienes/vas por las mañanas.
Por el mismo motivo que en la explicación anterior, más natural es usar el verbo venir. Pero Petra se puede situar fuera del gimnasio, porque la situación dice que Petra normalmente no está en el gimnasio en el mismo momento que Marta. Así que el movimiento no se produciría hacia el hablante, Petra, y se podría usar el verbo ir.
En estas situaciones podemos ver que a menudo se puede elegir entre los dos verbos. En algunos casos no hay una gran diferencia entre los significados, sin embargo usar un verbo puede ser más natural que usar el otro. Siempre debemos intentar adaptarnos a la ”mentalidad“ de la lengua en la que hablamos.
También hemos visto varios casos donde, dependiendo del verbo que usemos, el significado o el contexto puede variar ligeramente.
C. Situaciones en las que hay que elegir entre ir, venir y llegar.
Situación nº 10: Petra y Marta están en una cafetería.
M: Přijedeš autem nebo autobusem?
P: Mañana llegaré/iré a clase un poco más tarde.
El más preciso y correcto sería aquí el empleo del verbo llegar, porque lo importante es el final de la acción. Sin embargo, también se puede emplear el verbo ir aunque eso conllevaría una cierta indeterminación: ¿Petra va a salir de casa más tarde o va a llegar a la escuela más tarde? Sea como sea, la situación tendría el mismo resultado. Entonces, el empleo del verbo ir se puede considerar a) empleo de forma no marcada, puesto que el movimiento no va ni desde ni hacia el lugar ocupado por el hablante (va de casa a la escuela) o b) empleo de la regla general, en caso de que Petra se situara psicológicamente en su casa (el lugar que ocuparía psicológicamente el hablante).
M: ¿Vas a venir/llegar en coche o en autobús?
El verbo venir se puede usar porque Marta se puede situar psicológicamente en la escuela, ya que se supone que ella llega a tiempo, y por lo tanto, antes de Petra. Si Marta no se sitúa en la escuela, se usa el verbo llegar, porque la escuela no es el lugar del hablante.
Situación nº 11:
El tren de Viena llega/viene a las ocho de la mañana.
En la mayoría de los casos se emplearía el verbo llegar, porque lo importante es el final del movimiento, que es la hora a la que finaliza dicho movimiento. Sólo en el caso de que el hablante esté situado en el lugar a donde llega el tren de Viena, se puede usar el verbo venir.
Diccionario panhispánico de dudas. Real Academia Española. Madrid, 2005, p. 375.
Ibid, p. 375.
Diccionario de la lengua española, Vigésima segunda edición, versión electrónica en www.rae.es.
Martínez de Sousa, J.: Diccionario de usos y dudas del español actual. Barcelona: Bibliograf, 1998.
Diccionario panhispánico de dudas, p. 375.
Diccionario panhispánico de dudas, p. 664.
Ibid.
Ibid, p. 551.
Corominas, J.: Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Madrid : Gredos, 1980-1986, pp. 729-731.
Fernández Couceiro, E.: “Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”. In: Boletín Asociace učitelů španělštiny, roč.2, č.4, str. 6-12.
“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, pp. 6, 7.
Ibid., p. 7.
Situación nº 12: Lenka le ha pedido a Marta que la ayude con la limpieza de su casa. Posteriormente, Lenka llama a Marta.
L: No vengas. Ha venido/llegado mi madre y me va a ayudar.
El verbo venir en la primera frase es obvio porque se trata del movimiento hacia el hablante. En la segunda frase es posible usar los dos verbos, pero cada uno tiene un matiz un poco diferente. Usamos Venir cuando Lenka no espera que su madre venga a su casa. En caso de usar el verbo llegar, Lenka sabe que la madre viene a su casa, pero no sabe cuándo. Aquí usaríamos con naturalidad el adverbio ya (ya ha llegado mi madre).
Situación nº 13: Lenka llama a casa de Marta. Pero Marta no está y Lenka habla con su padre.
L: ¿A qué hora viene/llega Marta?
Se pueden emplear los dos verbos, pero en este caso cada uno significa una cosa diferente, depende del contexto más amplio de la situación. Si usamos el verbo venir, eso quiere decir que Lenka pregunta cuándo viene Marta a casa de Lenka (p. ej. porque han quedado en casa de Lenka, pero Marta todavía no ha aparecido). El verbo llegar lo usamos en el caso de que queramos saber cuándo llega Marta a su casa y, por consiguiente, cuándo puede Lenka hablar con ella por teléfono.
Situación nº 14: Lenka y su madre están en casa. Lenka se va a la universidad.
M: ¿A qué hora vienes/llegas a casa?
L: Vengo/llego a las seis.
En la pregunta se pueden emplear los dos verbos, sin embargo venir suena mejor, lo mismo es válido también para la respuesta. Si fuera una llamada telefónica y Lenka estuviera en la universidad, la pregunta sería la misma, pero en la respuesta sería obligatorio usar llegar.
Situación nº 15: Lenka y Marta hablan por teléfono y quedan:
a) para cenar en un restaurante.
M: ¿A qué hora debo llegar/ir?
Lo más lógico es utilizar el verbo llegar, porque el movimiento se produce desde el hablante hacia otro lugar, y además lo importante es el final del movimiento, o sea, la hora. También podemos usar ir, aunque llegar incide más en el momento de estar en el sitio.
L: Ven/llega a las nueve.
Si en la respuesta se emplea venir, se supone que Lenka estará en el restaurante a las nueve o antes (antes de que llegue Marta). Si se usa llegar, se muestra la posibilidad de que Lenka a las nueve todavía no estará en el restaurante, por lo que Marta llegaría primero, y entonces no se trataría del movimiento hacia el hablante.
b) para cenar en casa de Lenka.
M: ¿A qué hora debo llegar/ir?
L: Ven/llega a las nueve.
En la pregunta, se pueden usar llegar e ir, aunque llegar es más lógico. En la respuesta se pueden emplear venir y llegar con el mismo significado, no obstante, venir suena mejor, ya que el movimiento se produce hacia el hablante.
Situación nº 16: Lenka y Marta hablan por el móvil.
M: Kde jsi?
L: Právě jsem přišla domů.
M: ¿Dónde estás?
L: Acabo de llegar/venir a casa.
Es posible usar los dos verbos con el mismo significado, sin embargo, llegar en este caso suena más natural.
Aquí me gustaría destacar que, como vemos en algunos ejemplos, aparte de las evidentes oposiciones entre ir x venir y venir x llegar, se puede observar la oposición entre los verbos ir y llegar.
D
Comentario acerca de la construcción estar + gerundio de ir, venir y llegar
Hay que hacer un comentario sobre la posibilidad de usar esta construcción con los tres verbos de movimiento.
Estar llegando: No constituye problemas.
Estar viniendo: No es posible usar esta construcción en primera persona (estoy viniendo, estamos viniendo) porque el lugar donde está el hablante no es el lugar a donde quiere llegar.
Estar yendo: Esta construcción no suena especialmente bien y tampoco se usa mucho. Es habitual emplear el presente de indicativo voy al cole en lugar de estoy yendo al cole. Sin embargo, esta construcción existe y en las situaciones en las se quiere enfatizar que la acción está sucediendo en ese momento concreto, se puede usar.
También es necesario mencionar que existe un matiz diferente en el significado de los verbos venir y llegar:
Estar llegando = ya estar cerca del lugar determinado, ya queda poco para llegar.
Estar viniendo = estar en el camino, haber salido del lugar de partida.
En general, estar llegando significa estar más cerca del lugar determinado que estar viniendo.
A pesar de que este trabajo enfoca sobre todo el uso actual de los verbos de movimiento, para profundizar el conocimiento sobre esta temática decidimos incluir este capítulo que recoge información sobre la evolución del latín del significado de los verbos estudiados.
La intención era entonces elaborar un estudio de la semántica histórica. Según nuestras investigaciones, no existe ningún diccionario o tratado general al respecto. Aparte de las publicaciones que más bien registran los procesos de los cambios semánticos, sólo se han hecho algunos tratados sobre los verbos tener – haber, ser – estar, las parejas de verbos que suelen causar problemas incluso para los hispanohablantes.
Existe, por supuesto, una gran cantidad de trabajos etimológicos que resumen sobre todo los cambios fonéticos y morfológicos, palabras derivadas o también la diferencia en el uso de las palabras en diferentes partes del territorio hispano.
Sin embargo, en algunos diccionarios es posible encontrar explicaciones sobre significados de palabras en sus respectivas épocas. Hay también varios diccionarios que resumen vocablos y su uso en algunas épocas, sobre todo en la Edad Media.
Como no es posible tratar este tema con más complejidad, porque eso podría constituir un trabajo independiente bastante extenso, hagamos al menos una breve introducción a la problemática mediante los datos que nos ofrece el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico .
IR
Procede del verbo latino īre, aunque ciertas formas o tiempos de ir se han reemplazado por formas de vadere (voy, vas, etc.) o de esse (fui, fuiste, etc.).
Parece que este verbo semánticamente no ha cambiado. Pero sí nos ha dejado muchos derivados de los que hoy apenas diríamos que tienen origen en el verbo īre. Vamos a poner aquí unos ejemplos:
Ida, yente; adir (de adire); ciruir (de cĭrcŭīre), circuito (de cĭrcŭĭtus), circuición. Coito (de coĭtus, derivado de coīre = juntarse, ayuntarse carnalmente), coición, coitivo. Comicio (de comĭtĭum = lugar donde se reunía el pueblo, de una variante de coire), comicial; exir (de exīre = salir), exida; éxito (de exĭtus = salida, resultado): no admitido en el significado actual de resultado feliz hasta el final del siglo XIX; exicial (de exitialis, derivado de exitium = muerte violenta, destrucción); iniciar (de ĭnĭtĭare = en baja época empezar, derivado de initium = comienzo, y éste de inire = entrar, emprender), iniciación, inicio, inicial, iniciativa, iniciativo; óbito (de obĭtus, derivado obire = fallecer), obituario; preterir (de praeterire), preterición, pretérito; pretor (de praetor, derivado de praeīre = ir a la cabeza), pretorial, pretoriano, pretorianismo, pretorio, pretoriense, pretura o pretoría; rédito (de rĕdĭtus = regreso, vuelta, renta), redituar, redituable, reditual; sedición (de sedito = discordia, rebelión), sedicioso (de seditiosus); transir = antiguamente morir (de transire = pasar más allá, traspasar), transido = acongojado, transición, tránsito, transitar, transitable, transitivo, transitorio, transitoriedad, transeúnte (de transiens que es participio activo de transire); introito (de ĭntroĭtus = entrada, compuesto con intro = dentro), vademécum (de la frase latina vade mécum = anda conmigo).
Derivados:
Llega, llegada, llegadizo, llegado, llegamiento = allegamiento, ayuntamiento, allegar.
De applicare: allegadera, allegadero, allegadizo, allegado, allegamiento, allegancia, alleganza.
VENIR
Se origina en el verbo latino vĕnire = ir, venir. Es de uso general en todas las épocas y conservado en todos los romances.
En latín la distinción de sentido entre ire y venire era enteramente distinta de la que se ha impuesto en el castellano moderno. Venire expresaba comúnmente lo que llaman los lingüistas el ‘aspecto determinado’ e ire el ‘aspecto indeterminado’. Esto es: aquél expresa un movimiento encaminado a un lugar definido, en tanto que el movimiento expresado por ire no tiende de por sí hacia un lugar preciso, más bien expresa el lugar por donde se va, la manera como se va, el propósito de la ida, etc.: eo alia via (voy por otro camino), pedibus o equis ire (ir andando o montar en caballo), cubitum ire (ir a dormir), sic eat quaecumque Romana lugebit hostem (así viene a ser que cualquier Romana estará de luto por el enemigo); por otra parte Athenas venit (vino/viene a Atenas), ei venit in mentem (le vino/viene en la mente), venire in conspectum alicujus (estar/venir a la vista de alguien). De esa manera, ire equivalía muchas veces más bien al sentido del castellano andar, mientras que venire expresaba movimiento hacia un lugar cualquiera que fuese la posición que respecto de él ocupase el sujeto hablante. Pero como en el lenguaje hablado de toda persona abundan sobre todo las frases de movimiento hacia el lugar que ella ocupa, es natural que en todas las lenguas romances se tendiera a relacionar venire con los movimientos hacia ese lugar, empleo en el cual era imposible ya en latín echar mano de ire, por su mismo sentido aspectual.
Sin embargo, en los demás romances se conserva la posibilidad de emplear venire para movimientos hacia lugares no ocupados por el hablante, posibilidad que permanece casi sin limitaciones en la época medieval y que modernamente ha quedado prácticamente restringida a los movimientos hacia la persona que habla, o a los movimientos hacia un tercer lugar cuando se hacen junto con el que habla. En italiano: vengo a te; en francés: je viens tout de suite; en catalán vindré a veure’t cada dia.
El castellano moderno se aparta de los idiomas hermanos, restringiendo aún más el empleo de venir, limitado exclusivamente al movimiento hacia la primera persona; y esencialmente hace lo mismo el portugués de la metrópoli, donde a la pregunta tens demora? (¿tienes retraso) se responde já vou (ya voy), mientras que en la India portuguesa todavía se dice, medievalmente, já venho (ya vengo).
En castellano esta restricción es también muy moderna: todavía Lope de Vega escribía: “¿No vienes, conde? – Ya vengo.” (El Cuerdo Loco). Ejemplos semejantes se encuentran en Cervantes, Juan de Valdés, Gonzalo de Berceo, etc. Hoy la restricción moderna parece ser bastante general en todos los países de lengua castellana.
Por lo demás, en la Edad Media y aún en el Siglo de Oro, el empleo de venir por el moderno ir no se reduce al caso del movimiento hacia la segunda persona, pues como en las demás lenguas romances medievales es casi tan amplio como en latín, y puede referirse al movimiento hacia cualquier lugar determinado:
Algunas veces se hace sinónimo de llegar o acudir.
Hispanismo típico es el uso reflexivo venirse, ya documentado en Gonzalo de Berceo, de tono muy popular y aun plebeyo en casos como vínose para San Lúcar, normal y general en la casa se viene abajo (Calderón de la Barca: Mágico prodigioso).
Derivados:
Venida, venidero, venedizo, viniente (raramente veniente), ventura = suerte buena o mala, lo por venir, el que ha de venir, venturado = dichoso, venturanza, venturero, en gallego ventureiro, venturoso, venturón, venturina, desventura, desventurado.
Avenir: es muy corriente en la Primera Crónica General con los sentidos de ocurrir y ponerse de acuerdo, convenirse; la variante advenir es grafía latinizante anticuada o galicismo reciente; avenida, avenidero, avenidor, aveniente, avenencia; en la acepción de especie de cucharón de mango largo para sacar vino de una bota, hoy se dice venencia; advenedizo (o avenedizo o antiguamente avenidizo), avenimiento y advenimiento, adviento (tomado de advĕntus = llegada), adventicio, desavenir, aventura, aventurar, aventurado, aventurero, antiguamente aventuroso.
Circunvenir: poco usado, tomado de circunvenire.
Contravenir: contraveniente, contraventor, contravención.
Convenir: de convenire = ir a una mismo lugar, juntarse; convenio, en catalán conveni, en bajo latín convenium, en italiano convegno es normalmente reunión, pero Dante lo emplea en el sentido de condición.
Conveniente, conveniencia (convenenza, convenencia), inconveniente, convenible, desconvenir, reconvenir, reconvención, convención (tomado del latino conventio = reunión), convencional, convencionalismo, convento (conviento = concurso de gente, ya en Berceo aplicado a una comunidad de religiosos, tomado de convĕntus = reunión de gente), conventual.
Devenir: raro y poco castizo, del francés devenir; se emplea sustantivado (y aun como verbo), en calidad de tecnicismo filosófico para traducir el alemán das Werden.
Evenir: usado raramente (de evenire = acaecer); evento (de eventus), eventual, eventualidad
Intervenir: de intervenire; antiguamente entrevenimiento, intervencion, interventor.
Inventar: derivado culto común a la varias lenguas romances (del latino inventum = invención, derivado de invenire = hallar), invención, inventor, inventivo, inventiva, inventario (del latino inventarium = lista de lo hallado).
Obvención de obventio, obvencional.
Prevenir: de praevenire; los clásicos, además de la acepción preparar y demás generales, le dan la de avisar, advertir; hoy anticuada en España, pero popular en Argentina donde llega hasta anunciar; prevenido, desprevenido, preveniente, prevención, preventivo.
Provenir: de provenire = adelantarse, aparecer, nacer, producirse; proveniente.
Revenir: antiguamente volver, revenirse = encogerse, consumirse, avingrarse, ceder, escupir una cosa hacia fuera la humedad que tiene, revenimiento, en gallego rever = volverse más compacta una masa, revenirse, reverse = alegrarse, complacerse.
Sobrevenir: sobrevienta = antiguamente sorpresa, sobreviento.
Subvenir: de subvenire, subvención, subvencionar.
LLEGAR
Procede del latín vulgar del verbo plĭcare = plegar, siendo éste derivado regresivo del latín clásico applĭcare = arrimar, abordar, acercar. Tanto el primitivo como el derivado fueron tomados en la baja época y adquirieron en varios idiomas romances significado de lugar, como dirigirse hacia, arribar y análogos.
Aunque llegar con el valor intransitivo moderno es frecuente desde el Cid, es notable la frecuencia de la construcción transitiva en los textos medievales y aun en los clásicos. Vamos a exponer algunos de estos ejemplos transitivos en que tiene este verbo el matiz de hacer llegar, conducir:
Plicare es palabra poco frecuente en la Antigüedad, aunque ya aparece alguna vez en poesía, en Lucrecio y Virgilio, con el sentido plegar, doblar. Pero lo común y mucho más frecuente entre los clásicos es applĭcare. Plĭcare es forma extraída secundariamente de los compuestos applicare, complicare, explicare, implicare, intensivo de la misma raíz que plectere. El empleo de plĭcare no se hace usual hasta la baja época y por lo tanto hay que mirarlo como una mera variante vulgar de applĭcare, del cual no se distingue en cuanto a usos ni acepciones en las fases antiguas de las diferentes lenguas romances. Applicare era corriente con la acepción arrimar y muy a menudo también en construcción reflexiva. En particular se nota el uso náutico applicare navem en el sentido de dirigir el navío hacia cierto rumbo y de ahí el matiz de hacer abordar o atracar una embarcación, que es muy frecuente en los autores más clásicos y, en general, en toda la latinidad.
Este uso está muy cerca del sentido moderno del castellano llegar, y hemos de mirarlo como su fuente principal. Se trata de una mera generalización: atracar > arribar > llegar. La misma generalización se extiende también a otras lenguas, p. ej. portugués chegar.
La forma en a- es precisamente la que se halla en el ejemplo español más antiguo (en las glosas de Silos) y applicare tiene el sentido de llegar en textos bajo-latinos de Castilla de los siglos XI y XII. Sin embargo, no es probable que un verbo de uso tan sumamente copioso, y de tantas acepciones varias como llegar, tenga un origen único. Tanto más cuando existen otras acepciones locutivas en varios romances, p. ej. en el rumano plecà = marcharse o el catalán plegar = acabar el trabajo, darlo por terminado (en Mallorca aplegar).
Es probable que hubiera orígenes semánticos múltiples, partiendo de la idea general de arrimar, dirigirse a, de donde por una parte tendría el significado ponerse en marcha y por la otra, acercar, hacer llegar o llegar.
Ya hemos visto los problemas que constituye el uso de los verbos ir, venir y llegar para los hablantes checos. Nos atrevemos a decir, conociendo básicamente el idioma eslovaco y ruso, que esta dificultad se puede observar en todo el territorio de las lenguas eslavas.
Pero echemos ahora un vistazo a otras lenguas europeas. Sobre todo quisiéramos tratar las lenguas románicas, no obstante, vamos a ver que encontramos semejantes equivalencias y diferencias también en otros dos idiomas más usados en Europa, el inglés y el alemán.
Aparte del catalán y el inglés, no tenemos a nuestra disposición estudios dedicados a la temática de los verbos de movimiento. Por lo tanto, tomamos los ejemplos del apartado sobre el inglés, que parecen ser bastante pedagógicos.
Estudiaremos primero el portugués porque, como sabemos del anterior capítulo, es la única lengua románica que se dejó influir por el español en cuanto al uso de los verbos de movimiento.
Portugués
ir – ir (caminhar, transitar, avançar, dirigir-se, etc.)
venir – vir (chegar, regressar, voltar, provir, etc.)
llegar – chegar (aproximar, avançar, etc.)
El portugués es el idioma que, quizás, más se parece al español y, por la proximidad territorial de los dos países, el que más se ha dejado influir por el castellano de todas las lenguas románicas. Los tres verbos de movimiento provienen de los mismos verbos latinos que los verbos españoles y habrán tenido un desarrollo muy parecido. Los diccionarios de portugués no se centran mucho en las definiciones, por lo que usamos como fuente básica la página web www.priberam.pt:
Ir: caminhar para lá (caminar allí) o mover-se/passar de um sítio para outro (moverse/trasladarse de un sitio a otro)
Posso ir aí ver-te?
Llegar: atingir o termo de movimiento à ida ou à volta (adquirir el significado del movimiento de ida y vuelta) o atingir certo ponto ou posição (alcanzar cierto punto o posición).
Avisa-me quando ele chegar.
Venir: caminhar ou dirigir-se para o lugar onde estamos (caminar o dirigirse al lugar donde estamos). Como ya hemos visto en el capítulo anterior, el portugués es el único idioma que se ha dejado influir por el castellano en su desarrollo moderno respecto al uso del verbo venir. Por lo tanto, el uso en estas frases es igual, al contrario que en otros idiomas:
Maria, poderias vir aqui por favor? - Já vou.
A continuación vamos a estudiar otras tres lenguas románicas, el catalán, el italiano y el francés, que son las que mantienen el uso histórico de los verbos analizados, sobre todo del verbo venir, que no se refiere únicamente al movimiento hacia la persona que habla, lo que hemos tratado con más detalle en el capítulo anterior.
Catalán
ir = anar (venir, marxar, etc.)
venir = venir
llegar = arribar (esdevenir, anar, etc.)
De las lenguas europeas que tratamos, el catalán es la única cuya problemática de verbos de movimiento podemos apoyar en un texto verdaderamente científico. Es así gracias a una remisión del Diccionario etimológico que dice: “Antonio Badía Margarit en un trabajo publicado en los Estudios dedicados a Menéndez Pidal III, p.3-31, trata de explicar la diferencia en el uso de venir entre el castellano y el catalán relacionándolo con la reducción de los tres demostrativos a dos, que se ha producido modernamente en una parte del territorio catalán: aquí = cast. aquí y ahí, aquest = cast. este y ese.” Mirando la fuente original , citamos las definiciones de los demostrativos que ha tomado el autor de algunos diccionarios: “Aquest: - cast. este. S’aplica a designar les coses que estan presents o més prop de la persona qui parla (per oposició ab aquell, que designa les coses allunyades, y antigament per oposició ab aqueix, que indicava les coses més pròximent d’aquell amb qui es parlava); Aqueix: 1 (antic) – cast. ese. S’aplicava a designar les coses que estaven més prop de la persona ab qui es parlava (per oposició ab aquest, que designava les coses més pròximes al qui parlava). 2 – cast. ese, este. S’aplica a designar les coses de que s’ha parlat ha poch o de que s’ha de parlat molt prest, y en general a indicar les coses que estan relativament prop (per oposició ab aquell, que designa les coses situades relativament lluny).”
En el Diccionario etimológico se sigue comentando esta teoría de Badía Margarit: “Pero contra lo que él afirma, es éste un fenómeno de área muy limitada y de fecha reciente (la distinción entre ací y aquí y aun entre aquest y aqueix, sigue viva no sólo en Valencia y Rosellón, sino en la mayor parte del Principado) mientras que (pese a los casos esporádicos que cita) el uso del catalán venir, de conformidad con las reglas del catalán moderno y en desacuerdo con las normas actuales del castellano, ha sido siempre general en catalán y es el heredado del latín.”
Hasta aquí hemos explicado la problemática de los pronombres demostrativos. Ahora pasamos a los verbos de movimiento y veremos cómo están relacionados con lo anteriormente expuesto.
A. Badía Margarit define los verbos de movimiento de la siguiente manera: “Los verbos ir/anar significan ‘movimiento en sí mismo’, y cuando han de concretarse a unos términos, se refieren preferentemente al movimiento de alejamiento con respecto a la persona que habla, mientras que el verbo venir en castellano y catalán designa fundamentalmente el movimiento de acercamiento hacia la persona que habla. […] Añadamos ahora que el castellano y el catalán difieren precisamente cuando el término de esa dirección del movimiento es el segundo demostrativo (en castellano ese), o sea el lugar que ocupa la persona a la cual se habla. […] En catalán, pues, el verbo venir, además de significar ‘trasladarse desde un lugar al lugar donde se encuentra el hablante’ significa también ‘trasladarse al lugar donde se encuentra la persona a la cual se habla’.”
De esto interpretamos que Badía Margarit quiere decir que debido a la reducción de los demostrativos aquest y aqueix en un sólo aquest, se funde la diferencia entre el lugar del hablante y el de la persona a la que se habla. Los dos interlocutores están, pues, en la proximidad del hablante, y por lo tanto en catalán se puede usar el verbo venir para el movimiento hacia las dos personas.
Sin embargo, los autores del Diccionario etimológico se oponen a su teoría basada en la evolución de los demostrativos en catalán, y sobre el uso del verbo venir en catalán comentan lo siguiente: “Por otra parte es común con las demás lenguas romances; luego es el castellano el que ha innovado, aun frente al castellano antiguo y clásico, y por lo tanto es el uso castellano moderno de venir el que requiere explicación y no el catalán.”
Para mostrar la diferencia entre los usos castellano y catalán, expone Badía Margarit estos ejemplos:
Demá vindré a casa teva per a llegir-t’ho.
Ep, tu! Vina, que t’esperen. – Ja vinc de seguida.
No ha vingut, encara? Quan vingui, digui-li que li he telefonat.
Vindré alguns dies a aquesta platja, ja ens hi veurem.
El autor no trata en ningún lugar el verbo llegar ni su equivalente catalán arribar. Sin embargo, menciona la oposición paralela al ir - venir, es decir, llevar – traer. En catalán existe el verbo portar que posee uso indistinto en cuanto a la dirección del movimiento; así que portar = llevar, traer.
Italiano
ir – andare (camminare, ire, portarsi, porcedere, etc.)
venir – venire (guingere, pervenire, sopravenire, etc.)
llegar – arrivare (giugnere o giungere, raggiungere, sopravvenire, etc.)
Los verbos, en su sentido de movimiento, se definen de la siguiente manera:
Andare: Muoversi, camminando o con un mezzo di locomozione, e dirigersi verso un luogo o una persona (moverse andando o en un medio de transporte, y dirigirse hacia un lugar o una persona).
Venire: Muoversi e recarsi nel luogo dove si trova chi parla, se il soggetto è di seconda o terza persona, o dove si trova la persona con cui si parla, se il soggetto è di prima o terza perosna (moverse e ir hacia el lugar donde está quien habla, si el sujeto es segunda o tercera persona, o hacia el lugar donde está la persona con la que se habla, si el sujeto es primera o tercera persona).
Arrivare: Con soggeto animato, muoversi e giungere in un luogo; se l’argom. non è espresso, si intende che il luogo di arrivo sia quello in cui si trova chi parla (con sujeto animado, moverse y alcanzar un lugar; si el sujeto no está definido, se entiende que el lugar de llegada es donde está el hablante).
Puesto que no disponemos de ningún estudio dedicado al tema de los verbos de movimiento en italiano, veremos las diferencias y similitudes sólo en unos ejemplos. Como fuente de inspiración para los ejemplos nos sirve el apartado sobre el idioma inglés que veremos al final de este capítulo:
Maria, puoi venire, per favore?
Posso venire a trovarti?
Aquí vemos el típico ejemplo de poder usar el verbo venire para el movimiento hacia la persona a la que se habla.
Voglio andare a vivere in Grecia.
Ieri sono stato / sono andato a trovare John in ufficio ma non c'era.
Aparte del verbo andare, en algunos casos, es posible usar en italiano el verbo stare = estar.
La aspettò fino alle 4 ma non arrivò / non andò.
Avvisami quando arriva
Andai / arrivai alla riunione verso le 10.
Aquí es posible observar la sinonimia entre andare y arrivare. Del segundo capítulo sabemos que en algunos casos es posible optar en español entre los verbos ir y llegar, sin embargo, cada verbo aporta un significado un poco diferente.
“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 11.
Ibid.
“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 12.
“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 6.
Prokopová, L.: Španělština. Praha: SPN, 1992 (1. vydání).
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Ibid.
Ibid., pp. 540, 481, 482, 330, 538.
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Diccionario esencial : castellano-catalán : català-castellà. Barcelona : Vox, 1997.
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“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico.”, p. 9, 10.
Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 772.
“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico”, p. 21.
Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 772.
“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico.”, p. 24.
Sabatini, F. – Coletti, V.: Dizionario italiano. Firenze: Giunti, 1997
Francés
ir – aller (marcher, s’éscrire, etc.)
venir – venir (renter, revenir, etc.)
llegar – arriver (venir, atteindre, etc.)
Para el francés son válidas las mismas reglas generales que para el catalán y el italiano. Vamos a observar en los ejemplos si hay algunos detalles que difieran el francés de los otros idiomas estudiados.
Maria, pourrais-tu venir ici, s’il te plaît ? – Oui, je viens.
Je peux venir te voir?
En estos dos ejemplos se confirma la posibilidad de usar en francés el verbo venir para el movimiento hacia la persona a la que se habla.
A quelle heure je suis venu te voir au bureau hier?
Tu viendras me voir à l’hôpital quand je me ferai opérer?
En estos dos casos, el verbo aller no es posible usarlo, al contrario que en español.
Susan ne peut pas venir/aller à ta fête d’anniversaire la semaine prochaine.
En este caso, a diferencia del ejemplo anterior, sí se pueden usar los dos verbos. De esto podemos deducir que hay que tratar cada caso individualmente.
Nous allons au cinéma aujourd’hui. Veux-tu venir avec nous ?
Aunque venir en español suena mejor, también se puede emplear el verbo ir, pero en francés se usa exclusivamente venir.
Il l’attendait jusqu’à quatre heures, mais elle n’est pas venue/arrivée.
El verbo aller no es posible usarlo. Por otro lado, venir y arriver, en este caso, son verdaderos sinónimos.
Pouvez-vous me dire comment aller au commissariat?
En francés, en este contexto, no es posible usar el verbo arriver.
En el capítulo anterior hemos dicho que en las lenguas románicas (menos en español y en portugués) se puede usar el verbo venir para el movimiento hacia la persona que habla, hacia la persona a la que se habla y también hacia un tercer lugar, cuando se realiza el movimiento junto con el que habla. Más adelante se amplía esta información: “…por lo demás ésa es también la amplitud semántica del inglés to come, de alemán kommen, etc.” Vamos a contemplar este razonamiento en los siguientes apartados.
Inglés
ir – go (move, travel, walk, drive, ride, etc.)
venir – come (arrive, etc.)
llegar – arrive (come to, reach, get, etc.)
En inglés tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de gramáticas y otros estudios de la lengua, sin embargo, más bien para uso práctico que teórico, que enfocan los fenómenos gramaticales y semánticos desde distintos puntos de vista. En nuestro caso, tomaremos el manual Practical English Usage y presentaremos a continuación algunas tesis sobre el sistema inglés:
María, ¿podrías venir aquí, por favor? – Ya voy.
¿Puedo ir a verte?
“We use go for movements to other places.” En los movimientos hacia otro lugar queda entonces la única posibilidad de usar el verbo go = ir, igual que en español.
Quiero ir a vivir a Grecia.
Vamos a ver/visitar a Pedro y Diana.
¿A qué hora fui/vine a verte a la oficina ayer?
Ayer fui a ver a John a su oficina, pero no estaba allí.
¿Vas/vienes a verme al hospital cuando tenga la operación?
Susana no puede venir/ir a tu fiesta de cumpleaños la semana que viene.
Vamos al cine hoy. ¿Quieres ir/venir con nosotros?
Él la esperaba hasta las cuatro, pero ella no llegó/fue.
En este ejemplo concreto también se puede usar el mencionado término no marcado ir. No obstante, la frase adquiere así un significado ligeramente distinto con respecto al sentido de la frase en inglés: significaría que “ella” ni siquiera salió de su punto de partida.
En el mencionado manual podemos también encontrar la oposición entre los verbos get y go, en cuanto a sus significados de movimiento: “Go is used to talk about a whole movement. Get is used when we are thinking mainly about the end of a movement – the arrival.” En estos casos se trata exclusiva y evidentemente de la oposición entre ir y llegar. Esta oposición tan clara no la hemos podido observar en ningún otro idioma. No obstante, en el segundo capítulo señalamos que hay casos donde también se puede apreciar en español. Veamos las similitudes en los siguientes ejemplos:
Yo voy al trabajo en coche y Lucy va en tren.
Suelo llegar allí primero.
Ayer fui a una reunión en Bristol.
Llegué a la reunión sobre las ocho.
El autor del manual especifica semánticamente el uso de get de la siguiente manera: “We often use get to suggest that there is some difficulty in arriving.” Esta misma explicación es válida para el verbo llegar en español.
¿Puede decirme cómo llego a la comisaría?
Es un bonito restaurante. Gracias por traerme aquí.
Vamos a tomar otra copa y después te llevo a casa.
¿Podemos ir a veros el próximo fin de semana? Llevaremos comida para comer al aire libre.
Vamos a ver a los Robinson el próximo fin de semana. Podemos llevar comida para comer al aire libre.
Alemán
ir – gehen, fahren (reisen, ziehen, stehen, etc.)
venir – kommen (abstammen, herrühren, etc.)
llegar – ankommen (eintreffen, anlagen, gelangen, etc.)
El alemán es el único idioma de los que analizamos en este trabajo el cual, asimismo que el checo, distingue entre el movimiento en pie = gehen: sich in aufrechter Haltung auf den Füßen schrittweise fortbewegen (en una postura erguida desplazarse andando) y el movimiento en un medio de transporte = fahren: sich in bestimmter Weise mit einem Fahrzeug fortbewegen; eine Reise machen; eine bestimmte Strecke fahrend zurücklegen; von Verkehrsmitteln ein bestimmtes Ziel haben (desplazarse de alguna manera en un vehículo; hacer un viaje; dejar atrás un itinerario; tomar una dirección concreta). Sin embargo, como veremos en los ejemplos, los verbos checos (jít, chodit; jet, jezdit) y alemanes (gehen; fahren) no tienen el mismo funcionamiento.
Los dos verbos kommen y ankommen tienen la misma raíz y a veces no hay ninguna o sólo una muy pequeña diferencia entre ellos. Se definen de la siguiente manera: kommen: eintreffen, anlagen; sich auf ein Ziel hin bewegen und dorthin gelangen; irgenwoher eintreffen (dirigirse hacia una meta y llegar hasta ella; llegar desde algún lugar); ankommen: einen Ort erreichen, an einem Ort eintreffen (alcanzar un lugar, llegar a un lugar).
Vamos a mostrar algunos ejemplos. Puesto que el alemán es una lengua germánica, al igual que el inglés, aparte del español ponemos los ejemplos ingleses para poder observar las diferencias y similitudes entre esos dos idiomas.
Maria, könntest du bitte herkommen? – Ich komme.
Maria, would you come here, please? – I’m coming.
En este y en el siguiente ejemplo, podemos observar el uso del verbo kommen para el movimiento hacia la persona a la que se habla.
Kann ich kommen um dich zu sehen?
Can I come and see you?
Ich will nach Griechenland gehen um dort zu leben.
I want to go and live in Greece.
En este caso, no se usaría el verbo fahren, aunque se supone que el viaje se efectuaría en un medio de transporte. El verbo gehen expresa básicamente la idea de ir a pie, y por generalización, se usa para el movimiento en sí mismo. No se destaca el modo de desplazamiento: en coche, en avión, en tren, etc.
Wann bin ich gestern gekommen um dich im Büro zu besuchen?
What time did I come to see you in the office yesterday?
En realidad, un alemán diría: Wann habe ich dich gestern im Büro besucht? Pero si ya hubiera una necesidad de poner algún verbo de movimiento, se usaría kommen y no gehen.
Ich ging gestern zu Johns Büro, aber er war nicht da.
I went to John’s office yesterday, but he wasn’t in.
Para este ejemplo también existe una traducción más natural, sin ningún verbo de movimiento: Ich war gestern bei/in Johns Büro, aber er war nicht da. Se usaría el verbo sein (ser/estar – no se distingue en alemán). Aquí podemos ver la similitud con el italiano, que permite en este ejemplo usar el verbo stare (estar).
Wirst du mich im Krankenhaus besuchen kommen, wenn ich meine Operation habe?
Will you come and visit me in hospital when I have my operation?
En alemán no se puede usar el verbo gehen. Aquí es válida la misma regla que en inglés: usamos el verbo come/kommen si se trata de un movimiento hacia el lugar donde el hablante estuvo o estará (véase el apartado sobre inglés, punto dos).
Susanne kann nächste Woche nicht zu deiner Geburtstagsparty kommen. Susan can’t come to your birthday party next week.
Wir gehen heute abend ins Kino. Möchtest du mitkommen/mitgehen? We’re going to the cinema tonight. Would you like to come with us?
Aquí es posible usar los dos verbos en alemán.
Er wartete bis vier Uhr, aber sie kam nicht.
He waited till four o’clock, but she didn’t come.
El verbo ankommen se podría usar en ciertos casos parecidos, sin embargo, no es muy común para situaciones similares. Curioso sería el uso del verbo gehen, que significaría que él esperaba hasta las cuatro que ella se fuera de allí, pero ella al final no se fue.
Geh gerade aus bis du zu einer Kreuzung kommst/ankommst.
Carry straight on till you come to a crossroad.
Se pueden usar los dos verbos, pero el sentido es ligeramente distinto. Ankommen se refiere a una meta final que en este caso sería “el cruce”. Pero si éste es sólo un punto por donde se pasa a otro sitio, se usaría el verbo kommen.
Sag mir wann er kommt/ankommt.
Tell me when he comes.
Este es un ejemplo donde kommen y ankommen se pueden usar prácticamente sin ninguna diferencia en el significado.
Der Zug kam um 8 Uhr am Bahnhof an.
The train arrived at the station at 8 o’clock.
Los tres idiomas usan los verbos más específicos para expresar el fin de la acción.
Ich kam um 10 Uhr zum Meeting.
I got to the meeting at about 10 o‘clock.
El alemán no siente aquí la necesidad de precisar el fin de la acción, al contrario que el español y el inglés. En alemán, “la reunión” no se percibe como un punto geográfico, sino como un lugar donde se desarrolla una acción. El verbo ankommen requiere un punto geográfico concreto.
Estos tres verbos tratados -por su pertenencia al grupo de los verbos de movimiento- constituyen una buena parte de los verbos que forman perífrasis verbales, cuyo número es bastante limitado. Veamos primero la definición general de la perífrasis verbal: en este caso usamos la de la Gramática descriptiva de la lengua española , que es breve y bien comprensible: “Una perífrasis verbal es la unión de dos o más verbos que constituyen un solo ‘núcleo’ del predicado. El primer verbo, llamado ‘auxiliar’, comporta las informaciones morfológicas de número y persona, y se conjuga en todas (o en parte de) las formas o tiempos de la conjugación. El segundo verbo, llamado ‘principal’ o ‘auxiliado’, debe aparecer en infinitivo, gerundio o participio, es decir, en una forma no personal.”
En el estudio Perífrasis verbales se advierte que: “…hay que considerar como perifrásticos todos los tiempos compuestos, la voz pasiva y la forma progresiva. Los tres verbos auxiliares propiamente dichos que dan lugar a estas construcciones en la lengua española son haber, ser y estar.” Estos verbos se consideraban desde siempre el eje del sistema auxiliar verbal. En las perífrasis verbales adquieren la propiedad de estar enteramente gramaticalizados.
Sin embargo, con el tiempo se ha ido formando y estableciendo una serie de verbos que se pueden utilizar como auxiliares y que han sufrido paulatinamente el proceso de gramaticalización. “Esta pérdida parcial del semantismo original se manifiesta en el núcleo principal de verbos de movimiento (ir, venir, andar, traer, salir, llevar, seguir, pasar, volver, llegar) que forman la mayoría de las construcciones de nuestro estudio, más algunos otros de naturaleza diversa (tener, dejar, quedar, acabar, dar, romper, poner, echar, etc.).”
Trataremos las perífrasis verbales con ir, venir y llegar para mostrar que estos tres verbos forman un número elevado de construcciones con un significado completamente distinto del original. Por lo tanto, vamos a estudiar sólo aquellas construcciones verbales en las que el primer verbo pierde, en mayor o menor grado, su significado original. La acción principal conllevará entonces el segundo verbo en la forma de infinitivo, gerundio o participio. Estas construcciones nos permiten dotar a la expresión de unas diferencias aspectuales que en otras lenguas, asimismo que en español, se expresarían con determinantes adverbiales (de nuevo, insistentemente, desde hace tiempo, hace un momento, etc.) o usando otras formas gramaticales.
“Las posibilidades de combinación de todos estos verbos con el infinitivo, gerundio o participio pasado de otro verbo, dotan a nuestro idioma de una superabundancia de formas para expresar los más diversos matices aspectuales de la acción verbal.” El estudio de estas construcciones tiene una especial importancia para los estudiantes extranjeros. Gracias a ellas, el extranjero amplia y concretiza el matiz de la expresión deseada. Dependiendo de su lengua nativa, puede o no descubrir así nuevas formas gramaticales para expresarse.
Si nos centramos en la lengua checa, o quizás en general en las lenguas eslavas, nos fijamos en que los diversos matices que nos ofrecen las perífrasis verbales se suelen expresar en checo de otra forma. Aparte de algunos adverbios arriba mencionados, el checo usa las parejas de verbos con aspecto definido e indefinido (p.e. koupit – kupovat), en algunos casos acude a la abundante gama de prefijos y sufijos, o se aprovecha de la combinación de estos dos fenómenos y, por último, hay muchos casos en los que el checo utiliza los medios completamente distintos para expresar lo deseado.
Los dos manuales que usamos para componer este capítulo son muy diferentes. Perífrasis verbales es un estudio más bien de carácter práctico, y nos atreveríamos a decir que está destinado exclusivamente a estudiantes extranjeros. Está bien estructurado, muestra explicaciones muy claras y contiene varios apartados con ejercicios. Puesto que nuestra intención es destacar los diferentes aspectos semánticos, nos llamó bastante la atención el capítulo Contrastes entre perífrasis agrupadas por campos semánticos. Los autores distinguen ocho grupos de perífrasis: incoativas, terminativas, durativas, acumulativas, frecuentativas e iterativas o repetitivas, aproximativas y de conjetura, exagerativas o hiperbólicas, obligativas. Sin embargo, después de estudiar esta problemática más profundamente en más manuales, decidimos no clasificar las perífrasis de esta forma. Primero, los manuales difieren en este tipo de clasificación. Segundo, y más importante desde nuestro punto de vista, es que dentro de cada construcción puede haber varios significados, y por lo tanto, cada una puede aparecer en varios grupos. En estos casos, sin una explicación más profunda y concreta, esta terminología no tiene mucho sentido a la hora de clasificar las perífrasis verbales.
Para nuestros fines resulta más adecuada la Gramática descriptiva, que es mucho más extensa y específica. Aunque es un tratado de gramática, contiene bastantes descripciones y explicaciones semánticas. Estas son precisamente las que hemos extraído, dejando aparte los aspectos y diferencias gramaticales que no tienen distinción semántica.
En cuanto a la clasificación, los términos utilizados en Perífrasis verbales son empleados en la Gramática dentro de la descripción de cada significado de las perífrasis. Aparte de eso, aparece otro tipo de clasificación que indicamos sólo como información complementaria.
IR A + infinitivo
Es ésta, sin duda, una de las construcciones perifrásticas más utilizadas en español y la mayor parte de los idiomas europeos occidentales poseen giros sintácticos paralelos. Esta perífrasis pertenece al grupo aspectual porque el aspecto, junto con el valor temporal de futuridad, son sus valores dominantes. No obstante, también muestra en ocasiones los rasgos modales de ‘lo intencional’ y la probabilidad .
“Esta perífrasis tampoco es compatible con imperativos porque no se pueden ordenar cumplimientos de acciones cuando estas están todavía en un estadio de no realización. Así, el valor aspectual de esta perífrasis es el de acción a punto de comenzar, acción inmediatamente anterior a su inicio: Ve (tú) a decir tonterías. Por lo tanto, se trata de una perífrasis en que lo aspectual se mezcla de forma no siempre nítida con las modalidades ‘intencional y ‘probable’ y con la temporalidad futura.
Conviene recordar que para que la construcción ir a + infinitivo sea perifrástica, el infinitivo no debe poder nominalizarse y el auxiliar no puede seleccionar ni sujetos ni complementos:”
En este sentido hay otra cosa digna de subrayar: esta perífrasis no puede utilizarse en los tiempos compuestos sin perder su carácter perifrástico. “En la frase Ha ido a visitarte., es evidente que el verbo ir mantiene su significado original y no se gramaticaliza en absoluto.”
“En lo que a los valores semánticos se refiere, el valor aspectual de inminencia o inmediatez en la realización de una acción es bastante frecuente. Es obvio que este valor está unido al temporal de futuridad. Podríamos decir que lo expresado es un futuro inmediato:”
Además, en casos como estos, la perífrasis no es sustituible por un futuro simple. El significado sería otro, o bien la oración resultaría agramatical.
El valor de ‘inminencia’ o ‘inmediatez’ también aparece con el auxiliar en pretérito imperfecto de indicativo:
Observemos ahora algunos ejemplos en los que la perífrasis tiene valor modal intencional:
También es posible su uso en pretérito imperfecto de indicativo:
“En ocasiones, con el auxiliar en primera persona del plural, el valor de futuridad se diluye o pasa a un segundo plano, y domina un valor claramente exhortativo. En estos casos, cabe la sustitución por un presente de subjuntivo con valor imperativo :”
El valor imperativo, mezclado a veces con otros de reproche o de advertencia, lo tenemos también en ejemplos como:
En algunos casos, parece dominar un valor modal de posibilidad o probabilidad añadido o no al temporal de futuro:
“Al valor objetivo de futuridad se adhieren valores subjetivos de ‘amenaza’, ‘reproche’, ‘advertencia’, etc. del hablante hacia el oyente, que responden a actos ilocutivos concretos:”
En los enunciados exclamativo-interrogativos, la perífrasis puede aportar los siguientes/estos valores:
En algunos contextos, esta perífrasis se ha lexicalizado fuertemente hasta llegar a ser una locución, cuyas diferencias explicamos más arriba:
En estos casos, la construcción se neutraliza con la forma simple correspondiente de subjuntivo: veamos.
Otras veces, con el auxiliar en tercera persona del presente de indicativo y en enunciados exclamativos, la misma locución sirve para ponderar las excelencias de una cosa en comparación con otra:
(= claro que sí: no hay comparación)
IR + gerundio
“A la consideración de la acción en su desarrollo, propia de todas las perífrasis de gerundio, ir + gerundio añade una visión ‘prospectiva’, ‘progresiva’ y ‘gradual’; destaca las fases de un acontecimiento que se prolonga prospectivamente.” De ahí procede su tendencia a ir acompañada de locuciones o adverbios del tipo de poco a poco, paso a paso, paulatinamente, progresivamente, cada vez más, un poco cada día, lentamente, gradualmente, etc., o bien de a lo largo de los años, con los años, con el tiempo, etc. También es importante señalar que casi todos los usos de esta perífrasis no suelen aparecer en forma negativa.
Es frecuente con verbos que expresan cambio o proceso gradual:
En determinados contextos, y sobre todo con un adverbio como ya, puede destacarse el inicio de una acción que se prolonga, iterativamente o no (aspecto ‘incoativo -progresivo’).
También posible con estar + gerundio:
Relacionado con el empleo anterior, está su expresión de un mandato; el empleo de una fórmula que expresa la acción ya vista en su desarrollo destaca el deseo de que la acción ordenada se inicie inmediatamente:
Cuando el contexto implica la noción de cambio gradual, ir + gerundio puede ser sustituido, en presente o imperfecto, por estar + gerundio. “Fuera de estos tiempos, la conmutación es en muchos casos imposible: estar requiere una determinación temporal contextual, explícita o implícita, no conclusiva, lo que excluye ir, que expresa una progresión gradual y prospectiva y no acepta adverbiales temporales de duración concreta:”
IR + participio
“Equivale a una construcción de voz pasiva donde está implícito un desarrollo de la acción, comenzando ésta en un momento del pasado que no se especifica y continuando hasta el momento al que nos referimos, y tiene valor ‘acumulativo – continuativo’. Su empleo está reservado a un reducido número de verbos y requiere un sujeto cuantificado. El verbo ir, en estos casos, se utiliza generalmente en tercera persona del plural y no se emplea en los tiempos compuestos, indefinido e imperativo.”
“Equivale a llevar + participio en pasiva refleja (Se llevan vendidas la mitad de las acciones) y a ya + pasiva con estar, pasiva con ser o pasiva refleja (Ya están vendidas la mitad de las acciones).”
Esta construcción también puede adquirir el valor ‘acumulativo – terminativo’. En este caso, conserva un claro carácter adjetival y, por lo tanto, concuerda en género y número con el sujeto de la oración. “Es una semiperífrasis que se usa normalmente con adjetivos o participios adjetivados, donde el verbo ir conserva el matiz de movimiento que le es característico. Está en la línea de la tendencia del español a sustituir estar + participio por formulaciones de carácter dinámico. Los participios más usados son los que se refieren al aspecto físico o estado anímico de una persona.”
VENIR A + infinitivo
“El matiz más importante de esta perífrasis es el aproximativo. Puede sustituirse por un verbo simple acompañado de más o menos, aproximadamente, etc.” Asimismo que en algunos otros casos, esta construcción pierde su carácter perifrástico cuando se utiliza en los tiempos compuestos.
Otro de los valores es el de culminación de un hecho:
En ocasiones, el valor está muy cerca de un logro o de un significado ‘perfectivo’:
Con los verbos llenar, cumplir, satisfacer, cubrir, resolver, solucionar y sinónimos, esta perífrasis adquiere el valor de servir para:
“Esta construcción, como ocurre con ir + infinitivo, volver + infinitivo, llegar + infinitivo, puede ser o no perífrasis. Lo es, por ejemplo, en:”
Es perífrasis, entre otras cosas, porque lo que selecciona el sujeto es el infinitivo costar, y no vino. La secuencia de infinitivo no es nominalizable (Esta casa vino a eso* , ¿A qué vino esta casa?* etc.) y porque no admite la estructura enfática de relativo (A* lo que vino esta casa fue a costar…).
La construcción no es perífrasis en:
La secuencia a casa complementa a vino, y no a costar. Eso quiere decir que vino es verbo pleno, y no auxiliar. Una oración con esta construcción puede ser ambigua. Sólo por el contexto o la situación podemos desambiguarla:
Esta oración puede significar:
a) que el profesor vino (al colegio) para decirnos…
b) que el profesor dio a entender que…
VENIR + gerundio
“El significado general de esta construcción es el de una acción que ha empezado en un período de tiempo pasado y que se desarrolla gradualmente, con un matiz de insistencia o repetición, hasta el momento al que nos referimos. Implica la idea de desde hace…hasta + repetidas veces.” También se le llama visión ‘retrospectiva’. La perífrasis suele estar acompañada de adverbiales temporales que destacan el inicio previo de la acción o su persistencia hasta un momento determinado (desde hace mucho tiempo, hace dos años, en los últimos años, en los últimos días, últimamente, en estos últimos años, hasta ahora, hasta la fecha, hasta entonces, etc.), pero estas expresiones no son imprescindibles.
La tendencia es no utilizar esta construcción en los tiempos perfectos. Prácticamente, su uso queda restringido al presente e imperfecto de indicativo.
Con determinaciones temporales que destacan el inicio de la acción se aproxima al empleo de llevar + gerundio:
Tanto venir + gerundio como ir + gerundio expresan una acción prospectiva, pero con venir la visión parte de un tiempo anterior al expresado por el auxiliar, con ir la visión se dirige hacia un momento posterior. Venir es, sin embargo, menos frecuente que ir en sus usos perifrásticos con gerundio.
Es importante destacar que con gerundios de verbos que significan acercamiento hacia un punto dado es posible el empleo de ir, mientras que los verbos de alejamiento no aceptan venir:
La perífrasis venir + gerundio puede tener un carácter semiperifrástico en frases como:
LLEGAR A + infinitivo
“El valor fundamental de esta perífrasis es el de logro:”
En forma negativa, significa que la acción expresada por el infinitivo no se realiza por completo. Designa que se ha estado a punto de algo sin llegar a ello:
Puede tener el matiz de incluso o de ir hasta el extremo de.
Larousse gran diccionario: español-francés francés-español. Barcelona: Larousse, D.L. 2007.
Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 770.
Swan, M.: Practical English Usage. Oxford University Press, 2005.
Practical English Usage, p. 109.
Ibid.
Ibid.
Practical English Usage, p. 110.
Ibid.
Practical English Usage, p. 110.
Ibid.,, pp. 92, 93.
Ibid., p. 92.
Ibid., p. 93.
Haensch, G. – Domínguez, J. M.: Diccionario alemán-español, español-alemán. Barcelona: Herder, 1977.
Duden Deutsches Universalwörterbuch. Mannheim: Dudenverlag, 1996.
Bosque, I.; Demonte, V.:Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid : Espasa, 2000
Gramática descriptiva de la lengua española. p. 3325.
Fente Gómez, R.; Fernández Alvarez, J.;Feijóo, L.: Perífrasis verbales. Madrid: S.G.E.L., S.A, 1972
Ibid., p. 11.
Ibid.
Se refiere a todos los verbos mencionados que pueden formar núcleo de una perífrasis verbal.
Perífrasis verbales, p. 12.
Perífrasis aspectuales – grupo de perífrasis verbales del español que tiene que ver con la acción verbal en sí misma. Esta puede concebirse en su inicio o en un punto inmediatamente anterior a su inicio, en su transcurso, en su repetición, en su final o en un punto de la acción sin atender a estadios anteriores o posteriores. Según este criterio, cabe hablar de perífrasis incoativas e ingresivas, durativas, (re)iterativas, perfectivas y puntuales.
Sólo cuando expresa modalidad es posible usar en esta perífrasis infinitivos compuestos.
Ej.: Te lo iba a haber dicho (= me disponía a decírtelo; tenía la intención de habértelo dicho)
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3366.
Perífrasis verbales, p. 15
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3367.
Explicamos dicho fenómeno en el primer capítulo.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3369.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3370.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3412.
La iteración significa la repetición por segunda vez, frente a la reiteración que supone la repetición múltiple.
El verbo incoativo es aquel que expresa un cambio de estado (físico o psicológico) que el sujeto padece o experimenta.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3414.
Perífrasis verbales, p. 40.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3432.
Perífrasis verbales. p. 39.
Perífrasis verbales, p. 20.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3383.
Frases indicadas con * son agramaticales.
Perífrasis verbales, p. 33.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3415.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3384.
Puede tener también el significado de por fin, al fin, finalmente, etc., teniendo en cuenta los diversos matices que estas expresiones adverbiales pueden poseer en español.
“En frases de tipo condicional con la partícula si tiene alto grado de frecuencia en el lenguaje hablado.[…] El verbo llegar sólo se usa en el presente de indicativo, mientras que en la segunda parte de la frase puede emplearse también el presente de indicativo, el condicional o el pluscuamperfecto de subjuntivo.”
Permite la supresión del infinitivo cuando este es el verbo ser y el atributo, un sustantivo que designa cargos, puestos, títulos o profesiones cualificadas.
El último capítulo lo dedicamos a la fraseología. No vamos a tratar este tema detalladamente. Es de nuestro interés sobre todo saber usar correctamente los tres verbos de movimiento en el habla, donde con mayor frecuencia se emplean los fraseologismos. Puesto que nuestro objetivo es práctico, la intención es centrarse en la fraseología de uso actual, intentando omitir los usos locales y anticuados. Una muy buena fuente es el Diccionario fraseológico documentado del español actual , que documenta el uso fraseológico de la época aproximadamente a partir de los años 50 del siglo XX. Este diccionario nos ofrece también una detallada definición y sistematización de los tipos de frases que contiene. En su introducción se establece la diferencia entre locuciones y modismos:
“El término fraseología recubre no solo las locuciones en sentido propio, sino todas las combinaciones de palabras que, en su práctica del idioma, no son formadas libremente por el hablante, sino que se le dan ya prefabricadas, como “paquetes” que tienen en la lengua un valor propio establecido por el uso tradicional.”
Entre las expresiones fraseológicas podemos entonces distinguir entre:
En las expresiones expuestas no están incluidas locuciones de otros idiomas, refranes ni denominaciones normales (agua de colonia, flor de lis, castaño de Indias, etc.). En la mayoría de los casos era posible documentar el uso de dichas expresiones en ejemplos de obras literarias, publicaciones periódicas o textos de Internet. El resto ha sido tomado del habla oral.
La Gramática descriptiva distingue además las perífrasis de las locuciones verbales, y acerca de estas últimas dice así: “…se caracterizan por estar constituidas por varias palabras, cuyo centro siempre es un verbo, y que actúan como una sola ‘unidad léxica’ fija. p.ej., echar de menos, tener en cuenta, dar de comer, etc. En estos casos, las secuencias que siguen al verbo no desempeñan por sí mismas la función sintáctica que actúa como núcleo predicativo. Además, constituyen unidades léxicas fijas, pues sus componentes no poseen capacidad de sustitución léxica, y su significado viene a ser el de un verbo simple: p. ej.: echar de menos – añorar.”
IR
Allá va 2 Fórm. or. (col.) Se usa para anunciar que se va a decir o hacer algo que ha pedido la persona a quien se habla.
Allá va 3 (o allá que te va). Fórm. or. (col.) Se usa para describir el movimiento rápido e incontrolado de alguien o algo.
Ir a parar 2 [a algo]. V. Tener[lo] como término del pensamiento o de la acción.
Ir para arriba. 2 V. Prosperar.
Irse abajo 2 [alguien o algo]. V. Hundirse o desmoronarse. En sentido no físico.
Irse abajo 3 [el toro] V. (Taur. ) Perder ímpetu o acometividad.
Irse arriba 2 [una persona] V. Crecerse, o tomar más ímpetu o ánimo.
Ir y venir. 2 M. Movimiento incesante de un lugar a otro en diversas direcciones.
VENIR
Venga ya. 2 Interj. (col.) Se usa para rechazar lo que se acaba de oír.
Venir a parar. 2 V. Ir a parar o llegar [a un lugar], al término de un recorrido o de un proceso.
Venir a parar 3 [en algo]. V. Acabar [en eso] o tener[lo] como resultado.
Venirse abajo 2 [alguien o algo] V. Hundirse o desmoronarse. En sentido no físico.
Venirse abajo 3 [el toro] V. (Taur.) Perder ímpetu o acometividad.
Venirse arriba 2 [una persona]. V. Crecerse, o tomar más ímpetu o ánimo.
Venírsele encima 2 [una cosa no material a alguien]. V. Amenazar[le] o presentárse[le] como inminente.
Venírsele encima 3 [alguien o algo]. V. Hacer que se encuentre abrumado.
LLEGAR
Hasta aquí hemos llegado. 2 Fórm. or. (col.) Se usa para indicar el final definitivo de algo.
El objetivo de este trabajo fue presentar todos los aspectos posibles del uso de los verbos de movimiento ir, venir y llegar, con el fin de saber usarlos correctamente. Se prestó especial atención a la problemática del uso en su significado esencial de movimiento.
En el primer capítulo advertimos del uso incorrecto del verbo venir causado por la influencia del catalán y el italiano.
El segundo capítulo comparó el funcionamiento de dichos verbos de movimiento en checo y en español. Al principio explicamos las diferencias entre los semas de los verbos checos y españoles, y a continuación definimos las reglas de su uso. De las veinte situaciones que presentamos, se deduce que no es posible establecer una equivalencia de significado entre los verbos checos y españoles, sino que nos tenemos que apoyar en la noción extratextual del hablante y su posición.
En el tercer capítulo enfocamos dicha problemática en los materiales didácticos y diccionarios checos. Podemos observar que los errores que cometen los hablantes checos se basan precisamente en la interferencia que se establece entre los verbos checos y los verbos españoles. Aparte del manual Španělština v testech s gramatickým minimem, todos los materiales estudiados carecen de explicación correcta y más profunda.
En el cuarto capítulo intentamos averiguar si el significado de los tres verbos ha variado durante la evolución del latín hasta la actualidad. A la vez, llegamos a conocer brevemente la evolución de estos verbos en otras lenguas romanas, y de esta manera, la diferencia de esta evolución entre ellas.
Una interesante observación es el hecho de que en el latín, los verbos ir y venir se usaban en base a distintas reglas de las actuales. Venir (venire) expresaba el ‘aspecto determinado’, cuyo significado se refería al movimiento a un lugar definido, mientras que ir (ire) expresaba el ‘aspecto indeterminado’ que no designaba el movimiento a un lugar definido, sino que más bien se refería a otras circunstancias del movimiento (manera, objetivo, etc.).
Otra importante observación a destacar es el hecho de que durante su evolución, dichos verbos se desarrollaron de una forma muy parecida en las lenguas romanas. El único idioma que se apartó de las normas comunes en la época moderna fue el español, y éste influyó sobre el portugués, que ha asimilado las mismas reglas.
Algunos conocimientos del cuarto capítulo han servido de base para estructurar el capítulo quinto. Éste estudia la problemática de los verbos de movimiento en otros idiomas europeos. Resumiendo, podemos incluir en un grupo el español con el portugués, idiomas que usan el verbo venir sólo para el movimiento hacia la persona que habla. En otro grupo incluimos el catalán, el francés y el italiano, pero también el inglés y el alemán, que permiten el uso del verbo venir para el movimiento hacia la persona que habla y también para el movimiento hacia la persona a la que se habla.
Las comparaciones del uso en varios ejemplos individuales nos señalan que, aunque las reglas generales pueden ser las mismas, entre los idiomas hay ciertas pequeñas diferencias, y por lo tanto habría que hacer unos estudios comparativos más detallados para cada lengua, parecidos al que hicimos en el segundo capítulo.
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Perífrasis verbales, p. 19.
Diccionario fraseológico documentado del español actual: locuciones y modismos españoles. Madrid: Santillana, 2005.
Ibid., p. XV.
Ibid., p. XII, XIII.
Ibid., p. XIII.
Diccionario fraseológico documentado del español actual, p. XVI, XVII.
Ibid., p. XVIII.
Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3342.
Interj. - locución interjectiva (o interjección)
col. – coloquial (Uso propio de la conversación informal o de una situación distendida.)
Fórm. or. - fórmula oracional
* - precede a un ejemplo registrado del uso oral
M. – locución nominal masculina (o masculino, o nombre masculino)
V. – locución verbal (o verbo)
lit. – literario. Uso propio, en general, de obras literarias, o de la lengua escrita, o de situaciones formales; en especial, de la expresión voluntariamente elegante o elevada (aunque sea de nivel popular).
vulg. – vulgar. Expresión malsonante o de mal gusto que no debe emitirse ante las personas de cierto respeto.
Taur. - tauromaquia
(In) – textos en Internet
Conj. - locución conjuntiva (o conjunción)
Adv. - locución adverbial (o adverbio)
pop. – popular, popularmente
Adj. - locución adjetiva (o adjetivo)
Fuente del documento: http://is.muni.cz/th/75075/ff_m_b1/Konecna_verze_2.doc
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Autor del texto: EMA POKORNÁ
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